"El psicoanálisis no
promueve la idea de que al final del camino nos espera la felicidad o la
armonía, sino un modo diferente de habitar el desamparo, la soledad y la
infelicidad de la condición humana. Una manera menos tonta". Gustavo
Dessal
En una época de euforia y de búsquedas implacables por el placer y la
felicidad, parece que al dolor le ha tocado asumir un lugar negado y casi que
impronunciable. Cada vez el hombre se encuentra sumergido en un mundo que
apuesta a un ideal de éxito, excelencia, felicidad y liberación del dolor. Sin
embargo, es una apuesta en las que siempre llevará las de perder, puesto que
una cuota de sufrimiento y de conflictos hacen parte de aquellas vicisitudes
inevitables de la vida. Ahora bien, es
importante aclarar que si bien el sufrimiento es inherente al vivir en algunos casos puede convertirse en algo excesivo que afecta significantemente el bienestar de
una persona y que lo lleva a cargar a cuestas un saco de padecimientos sin saber muy bien por qué.